Energías renovables

El sol y el viento son dos fuentes renovables de energía. Energías renovables son aquellas que, o bien son inagotables, o bien se regeneran rápidamente. Por el contrario, los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural necesitaron millones de años para formarse; y, por tanto, no se consideran renovables.

Las energías renovables son una alternativa a los combustibles fósiles. Pero también a otras fuentes de energía, como la nuclear, que produce residuos de larga duración.

Energía solar

La energía del sol se puede aprovechar para generar electricidad o calor. La luz de los rayos solares se convierten en un flujo de electrones mediante paneles fotovoltaicos. Por otro lado, los colectores térmicos permiten aprovechar el calor del sol para calentar agua.

Energía solar térmica

Esta fuente de energía renovable la aprovechan los paneles termosolares (colectores solares) para calentar agua o aire. En climas cálidos se usan normalmente los sistemas térmicos pasivos.

En un sistema térmico pasivo, se instalan colectores solares, por ejemplo, en la cubierta de una vivienda, orientados al sol. Por encima de estos se dispone el depósito de agua, de tal forma que sea la gravedad la que haga circular al agua.

Otros sistemas más complejos requieren una bomba para funcionar. Además, si existe riesgo de congelación, existen paneles térmicos que incluyen un fluido anticongelante.

Energía solar fotovoltaica

A diferencia de los paneles térmicos, los modulos fotovoltaicos no calientan ningún fluido; por el contrario, generan electricidad gracias a sus celdas solares.

Las células solares de los paneles fotovoltaicos generan corriente continua. Esta electricidad se puede consumir en el acto o acumular en baterías para su posterior uso. Así, la energía acumulada durante el día se puede consumir por la noche.

Además, se requieren transformadores e inversores de tensión para convertir la corriente continua en alterna, que es el tipo de electricidad usado en los edificios.

Por otro lado, en instalaciones conectadas a la red de suministro eléctrico, se puede derivar a ella la electricidad no utilizada. De igual manera, esta tipología de instalación permite complementar la corriente obtenida por la fuente renovable con la de la red de suministro. De esta manera, en casos de averías o picos de potencia el sistema mantiene su autonomía.

En los últimos años, la inversión en esta fuente de energía renovable ha aumentado notablemente. Esto es debido, sobre todo, a la bajada de precio de los paneles solares fotovoltaicos.

Energía eólica

También con el viento se puede generar corriente eléctrica. Para ello, en este caso, se usan aerogeneradores. La ventaja de la energía eólica frente a la solar es que se puede producir electricidad también por la noche.

Sin embargo, la energía eólica tiene sus contras. Los aerogeneradores dependen de corrientes constantes de viento y producen ruido. Además, causan la muerte de miles de aves al año, que mueren golpeadas por las palas. No obstante, se pueden reducir hasta en un 70 % las muertes pintando de negro una de las aspas.

La energía eólica es poco eficaz en edificios. Esta fuente de energía renovable se aprovecha mejor en parques eólicos que elevan los aerogeneradores a una altura donde el viento solpa de forma constante. Para ello se instalan sobre el suelo torres de gran altura.