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Embálate impulsa el embalaje ecológico: soluciones 100% reciclables para e-commerce

El sobreembalaje está cada vez más castigado. Por un lado, el Reglamento (UE) 2025/40 —que entró en vigor en febrero de 2025— establece reglas más estrictas sobre envases y residuos de envases. La presión de mercado, por otro lado, también obliga a las empresas a adoptar medidas de logística verde a fin de reducir los desechos y la huella de carbono.

El interés por el embalaje ecológico por parte de los responsables de operaciones, compras y sostenibilidad es una de las consecuencias de un marco regulatorio que exige reducir la dependencia de los plásticos nuevos. Además, al reto de reducir al mínimo el peso y el volumen de los embalajes, se suma la necesidad —vital para el comercio electrónico— de proteger la carga durante el transporte.

Las ventajas del embalaje ecológico monomaterial para la reciclabilidad obligatoria

A partir de 2030, todos los envases deben diseñarse para poder ser reciclados de forma económicamente viable. Esta norma, junto con otros criterios de ecodiseño introducidos por el reglamento, nos conduce de manera inexorable hacia el embalaje ecológico.

¿Pero qué es el embalaje ecológico? La normativa lo define como aquel fabricado con material reciclado o materias primas biodegradables, sin sustancias peligrosas, optimizado en peso y volumen, y diseñado para un fin de vida sencillo.

Dicho de otra forma, no solo se impone la reciclabilidad obligatoria, sino también su viabilidad económica. Así las cosas, el auge del embalaje sostenible 100% reciclable y monomaterial cobra pleno sentido, ya que permite hacer frente a tales requisitos sin sacrificar la protección en ruta.

Soluciones de un solo uso reciclables acordes a la normativa

En la práctica, hay varias formas de cumplir las exigencias del Reglamento (UE) 2025/40. Una es volver a un modelo de envase retornable que —sin sufrir degradación— soporte los ciclos múltiples de ida y vuelta de la tienda al consumidor, y viceversa. Otra, a priori más simple, consiste en mantener embalajes de un solo uso, pero hacerlos fáciles de reciclar y elaborarlos con un porcentaje de material reciclado posconsumo.

Si se opta por la segunda estrategia, cabe pedir un presupuesto a proveedores especializados en productos de packaging sostenible de papel, cartón o plástico reciclado. Embálate, por ejemplo, es un proveedor operativo en la UE enfocado en soluciones reciclables de un solo uso, competitivo en series a medida y en grandes tiradas.

Antes de la implementación definitiva, se puede llevar a cabo una prueba inicial a pequeña escala. A partir de ahí, será conveniente observar los KPI a fin de confirmar el éxito de los procesos. Por ejemplo, una vez comprobado que la densidad del palé aumenta, que el material auxiliar se reduce —hay que recordar que desde el 1 de enero de 2030 el espacio vació no podrá superar el 50 % del paquete— o que los daños en el transporte se minimizan, se procederá a estandarizar los formatos.

En suma, la tendencia de suprimir los plásticos innecesarios o escoger embalajes monomaterial reciclables de alta resistencia estructural es inevitable debido a un marco regulatorio cada vez más rígido. Si las aguas siguen su curso, en los próximos años veremos cómo el ecodiseño y la logística verde se presentan como grandes aliados del sector e-commerce ante el desafío de mantener la seguridad en tránsito sin comprometer la rentabilidad y, en paralelo, preservar el entorno y reducir la huella ambiental.

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