En 2021 una conocida multinacional sueca, un gigante del mueble, anunció un plan para sustituir el plástico de sus embalajes por fases. Su objetivo consiste en el uso exclusivo de materiales reciclados o renovables para 2028. La ambiciosa medida confirma una tendencia global. De hecho, adoptar embalajes sostenibles ya no es opcional, sino una necesidad ineludible. El innegable impacto del plástico en la naturaleza fuerza a las empresas a innovar y buscar alternativas más respetuosas con el medio ambiente.
Una transformación inexcusable
Por económico y conveniente, el plástico de un solo uso domina el sector del embalaje. Sin embargo, también se cuenta entre sus desventajas más evidentes ser causa de acumulación de residuos de muy lenta degradación en océanos y vertederos. Transformar la industria requiere optar por alternativas como los bioplásticos, el papel reciclado o los restos agrícolas.
¿Pero cuáles son las ventajas de reemplazar el plástico convencional por materiales reciclables? Para empezar, supone una reducción directa del impacto de la actividad industrial sobre el medio ambiente. A la vez, la transición hacia embalajes más sostenibles proporciona beneficios estratégicos para las empresas.
La preferencia de parte de los consumidores por marcas responsables, así como normas cada vez más estrictas en países de todo el mundo, incentiva la inversión empresarial en variantes ecológicas. Un ejemplo de ello es la tienda de bolsas ecológicas DonBolsas, que comercializa alternativas de embalaje populares para el almacenaje de artículos de oficina, productos farmacéuticos o incluso alimentos.
Un futuro mejor gracias a las bolsas de papel ecológicas
En un mundo cada vez más interconectado, cada gesto cuenta. Reemplazar las bolsas de plástico tradicionales por bolsas de papel ecológicas permite a las tiendas contribuir a un futuro mejor. Y lo que es más importante: lograr beneficios inmediatos al hacerlo, ya que se actúa desde el presente.
Para ello, los fabricantes de bolsas de papel ecológicas ofrecen a las tiendas un catálogo variado. Desde bolsas de papel con asas para establecimientos de ropa y complementos, hasta envases con cierre hermético (que puede retirarse si la normativa así lo exige para su recogida) ideales para frutos secos, hierbas para infusiones, etc. Elaboradas con papel reciclable, unas y otras se presentan como una opción sostenible y respetuosa con el planeta.
Por otra parte, gracias a ser personalizables, las bolsas de papel pueden ayudar a las tiendas a mejorar su relación con el cliente. Por ejemplo, resulta posible reforzar la imagen comercial, ya sea mediante la impresión del logo de la marca o, tal vez, por medio de un mensaje destinado a que el consumidor tome conciencia del hecho —tantas veces olvidado— de que todos vamos en el mismo barco.
En efecto, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) nos recuerda en un informe de 2024 el alto coste que implica la gestión de desechos para la salud humana, la economía y el medio ambiente. El informe lleva por título Más allá de la era de los residuos y afirma que solo una reducción rotunda de la generación de residuos puede garantizar un futuro habitable.
