Aluminio

El aluminio es un metal del grupo del boro. Su número atómico es 13 y su símbolo, Al. Este elemento químico es el metal más abundante de la superficie de la Tierra. El físico y químico danés Hans Christian Oersted lo aisló en 1825.

Tras el descubrimiento del aluminio, pasaron décadas antes de que se descubriera un modo de extraer el metal de la bauxita. La bauxita es su principal mena. Refinarlo industrialmente a partir de esta roca sedimentaria requiere una inmensa cantidad de energía. De ahí la importancia de reciclar el metal.

Usos del aluminio

El aluminio se usa en la industria alimentaria como envase. La mayor parte de las latas de bebidas son del que también resulta ser el tercer elemento más abundante de la corteza terrestre. Por ser un material ligero pero resistente, y por soportar bien la corrosión, este metal tiene muchos otros usos.

Por ejemplo, de aluminio son los cables que, suspendidos de torres de media y alta tensión, conducen la electricidad hasta los hogares. Como otros metales, el aluminio es un buen conductor térmico y eléctrico. El núcleo de los tendidos, sin embargo, es de acero, pues posee mayor resistencia mecánica.

El aluminio también se utiliza en el sector de la construcción. Por ejemplo, en la perfilería de la carpintería metálica (puertas y ventanas). También de aluminio son los perfiles de las estructuras para instalar placas solares en los tejados.

En el mundo del deporte, los tenistas usan raquetas de grafito y de titanio, pero también de aluminio. La industria de la aviación lo utiliza para construir el fuselaje de los aviones. En la cocina, las láminas de papel albal usado para guardar y conservar alimentos también son del metal plateado.

¿Cómo se recicla?

Refinar aluminio a partir de bauxita requiere una inmensa cantidad de energía. Por ello, para reducir el impacto medioambiental de este metal, hay que separarlo y depositarlo en el contenedor amarillo para su reciclaje. Reciclar aluminio supone un ahorro aproximado del 95 por ciento de energía en comparación con su producción a partir del mineral.

La lata de aluminio es el envase más reciclado del mundo. De hecho, se reciclan el 69 por ciento de las latas que se producen. Esta cifra es aún mayor en Europa. También en España, país que recicla el 86 por ciento de las latas de bebida (118 000 toneladas en 2018 si se incluyen las de acero).

Para reciclar una lata de aluminio, se comprimen los envases separados (provenientes del contenedor amarillo). Después se trituran y funden en lingotes. Los lingotes se moldean y se aplastan. De lo que resulta una lámina delgada y fácil de moldear. Por último, se le da de nuevo forma de lata.