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La difícil transición energética
El mundo ha decidido transitar hacia un futuro de emisiones neutras de CO2. Y, en ese sentido, ya comienzan a darse pasos para forzar la renovación del parque móvil de los respectivos países. La transición no se antoja precisamente sencilla, pues la situación internacional actual ha encarecido el precio de la energía, las infraestructuras son aún insuficientes y los nuevos vehículos tienen un precio elevado que la mayoría de los ciudadanos no puede asumir.
Si pensamos en el mercado español, vemos que la edad media de sus coches se sitúa en torno a los 13 años. Además, hay un porcentaje importante de coleccionistas o entusiastas de modelos antiguos que no desean deshacerse de ellos. Y en los últimos años muchas personas han adquirido vehículos híbridos, que también quedarían fuera de la renovación del parque buscando un modelo de emisiones neutras.
¿Cuál puede ser la alternativa? Los ecocombustibles son la alternativa más viable. Cuando se habla de este tipo de combustibles hay que considerar la existencia de dos generaciones. En la primera se producen combustibles a partir de la fermentación de productos vegetales de consumo humano o mediante aceites vegetales, grasas animales o algas. Los ecocombustibles de segunda generación se obtienen de residuos biológicos o bien de forma sintética, lo que implica un paso más en la reducción de CO2.
¿Qué son los ecocombustibles? ¿Qué ventajas nos ofrecen?
Los ecocombustibles se definen como combustibles líquidos que producen nulas o muy bajas emisiones de CO2, tanto durante su proceso de fabricación como durante su utilización final. Son susceptibles de ser empleados tanto en el transporte como en la industria. Y son elaborados a partir de materias primas distintas al petróleo: CO2 capturado, grasas de origen animal, reciclado de aceites vegetales, biomasa, hidrógeno renovable o residuos agrícolas y forestales. Según diferentes cálculos, el uso de ecocombustibles (en lugar de los combustibles tradicionales) podría reducir la emisión de gases contaminantes entre un 90 y un 100 %.
Estos combustibles poseen una densidad energética muy alta, similar a la de la gasolina. Y lo que resulta absolutamente clave, su uso es compatible con el parque automovilístico actual. Esto supone una oferta complementaria o alternativa a la electrificación. Hay que tener presente que los ecocombustibles no son exactamente algo nuevo, pues las empresas petroleras los llevan utilizando ya décadas. Un porcentaje creciente de la gasolina que echas en el depósito de tu coche suele provenir de ese sector.
El impulso actual y futuro en la generación de ecocombustibles
Las empresas del sector de la energía y de los hidrocarburos no son ajenas a la realidad actual ni a las necesidades que el mercado les demanda. Así, en el año 2019 la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos presentó su Estrategia para la Evolución hacia los Ecocombustibles o EEE. En los tres años transcurridos desde la presentación de la estrategia, han sucedido muchos acontecimientos globales y geopolíticos que han tenido un gran impacto en la actividad del sector de la energía y que refuerzan el papel de los ecocombustibles en la transición energética.
Veamos el caso del Grupo Hafesa, uno de los referentes españoles en este sector, y los ecocombustibles. Recientemente, el Grupo ha incrementado su apuesta por este tipo de combustibles, que considera indispensables para una transición energética racional y efectiva. Además, destaca el hecho de que refuerzan la inversión en I+D e integran en el sector de la energía las actividades agrarias y forestales, mejorando las condiciones económicas de las zonas rurales y ayudando a combatir su creciente despoblación.
Está claro que los ecocombustibles van a jugar un papel importante en los próximos años en el ecosistema de la energía y Hafesa, como holding centrado en la comercialización y distribución de productos petrolíferos, quiere ser un protagonista activo en el impulso de estos combustibles.
