Reducir el importe de la factura eléctrica no solo es bueno para la economía del hogar, también puede serlo para el medioambiente. Y la razón es que aún queda lejos el objetivo (fijado para 2050) de que el sistema eléctrico español se base únicamente en fuentes de energía 100 % renovables. Así pues, ¿cómo ahorrar en electricidad? Hay varias formas. En este artículo vemos algunas de las más importantes.
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Cambiar de compañía eléctrica
Como se verá más adelante, reducir la potencia contratada (término de potencia) o la electricidad consumida (término de energía) son dos formas de ahorrar en la factura de la luz. Sin embargo, sin recortar tales puntos, la única forma de reducir el importe de la factura pasa por cambiar de compañía eléctrica. Paradójicamente, lo que es beneficioso para nuestro bolsillo podría ser perjudicial para el entorno. ¿Por qué?
La Ley 24/2013 del Sector Eléctrico de 26 de diciembre establece el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). Con estas siglas se conoce el actual mercado regulado de la electricidad, cuyos precios son fijados por el Gobierno. En el mercado libre, en cambio, los precios los establecen las compañías comercializadoras. Si bien en los últimos años la electricidad ha sido más económica en el primero de ellos, la tarifa PVPC tiene algunas desventajas:
En primer lugar, a la tarifa regulada no se pueden acoger instalaciones con potencia contratada superior a 10 kW. En segundo lugar, el consumo de energía 100 % renovable no es posible con la tarifa regulada. Entonces, ¿cómo ahorrar en electricidad sin renunciar a consumir energía 100 % verde? Pues no queda otra que pasar al mercado libre.
PVPC o mercado libre
En el debate de PVPC o mercado libre, se suele argumentar como ventaja del segundo la opción de contratar energía 100 % verde. Lo señalan comercializadoras del mercado libre como Chippio, por ejemplo, pero también destaca esta ventaja la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Un segundo punto a favor del mercado libre es que el precio del kilovatio hora (kWh) suele ser fijo y no variable. En el mercado regulado también es posible contratar tarifas con precio fijo anual; sin embargo, esta modalidad implica un compromiso de permanencia de 12 meses. Ahora bien, con independencia del precio de la energía (fijo o variable), las comercializadoras del mercado libre también pueden establecer cláusulas de permanencia en el contrato. Por ello, no hay que olvidarse de leerlo bien, incluida la letra pequeña.
En todo caso, averiguar si cambiar de compañía eléctrica va a suponer un menor importe de la factura eléctrica no es fácil, pues depende de múltiples variables. Por ello, existen herramientas que ayudan a comparar las ofertas de energía de las comercializadoras. Una de ellas la ofrece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Para obtener la estimación, se introducen en el comparador el código postal de la instalación, las potencias contratadas (valle y punta), el consumo anual estimado desglosado por periodos (punta, llano y valle) y si se quieren evitar cláusulas de permanencia.
Cómo ahorrar ajustando la potencia contratada
Todo el mundo ha oído alguna vez eso de: «No enchufes el secador que están puestos el horno y la plancha». En efecto, el ICP (lo que popularmente denominamos «los plomos») salta al usar simultáneamente varios aparatos eléctricos cuya suma de vatios supera la potencia contratada. Hoy, en la mayoría de instalaciones el ICP (Interruptor de Control de Potencia) ya no es físico, sino virtual (va integrado en el contador digital). Como indica su nombre, el propósito del ICP es que la instalación eléctrica no supere la potencia contratada.
Pues bien, la última modificación de las tarifas eléctricas, que entró en vigor el 1 de junio de 2021, introdujó la posibilidad de contratar dos potencias diferentes. El coste de la potencia contratada para las horas valle (de las 0 h a las 8 h) es mucho más barato que el de las horas punta. El periodo valle también abarca las 24 h de sábados, domingos y festivos nacionales.
Así, una forma sencilla de reducir la factura eléctrica pasa por reducir la potencia contratada del periodo punta. La lavadora se puede poner el fin de semana. El lavavajillas se programa para que lave a partir de las 0 h. Asímismo, quienes sean propietarios de un coche eléctrico podrán recargar la batería por la noche, cuando la potencia contratada es más barata.
Cómo consumir menos energía eléctrica
Puesto que la potencia de las redes de alta, media y baja tensión que distribuyen la electricidad a los hogares es limitada, es razonable pagar en la factura eléctrica por la potencia contratada de la instalación. Sin embargo, el ahorro en este punto no se traduce en un menor calentamiento global. No implica, por ejemplo, una menor emisión CO2 (dióxido de carbono).
La acción más notable para el entorno —reducir el consumo de energía del hogar— quizá sea más difícil de conseguir que el ajuste de potencia, pero también es más rentable para el bolsillo. Sobre todo, si se tiene en cuenta que tras la modificación de junio de 2021, la parte fija de la factura es ahora más económica (el precio del kW de potencia contratada se redujo hasta en un 28 %) y viceversa: ahora pagamos más por la energía consumida.
Comoquiera que actualmente quién más consume más paga, sustituir los antiguos electrodomésticos por otros de mayor eficiencia energética es una buena manera de reducir la parte variable de la factura eléctrica. Otra es sustituir los radiadores o estufas eléctricas de resistencias por bombas de calor. Y, si aún queda por casa alguna lámpara con bombilla incandescente, es el momento de sustituir esta por una de LED.
Apostar por el autoconsumo para ahorrar en electricidad
En 2019, Joan Groizard, director general del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), apuntó que de manera probable España podría adelantar a 2040 el objetivo de lograr un sistema eléctrico basado enteramente en energías renovables. Dos años después, en una entrevista reciente (diciembre de 2021) le preguntaron si mantenía la previsión. Respondía así:
Incluso en el COVID, cuando la economía se ralentizaba, el autoconsumo siguió despegando. […] La reacción de las empresas y la ciudadanía ante los altos precios es que las renovables son la respuesta, y eso se ha entendido muy bien. Todas las señales nos siguen llevando a que el despliegue renovable en España como poco se mantiene o acelera. Así que creo que podremos llegar a ese 100 % de renovables eléctricas muchísimo antes de 2050.
En efecto, el autoconsumo individual o colectivo es otra manera de ahorrar en la factura de la electricidad. Las instalaciones en edificios industriales o plurifamiliares (comunidades de vecinos) son ahora más fáciles de tramitar (y más económicas), ya que las de potencia inferior a 100 kW no requieren presentar un aval.
Según datos de la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), en el año 2020 la potencia instalada de paneles fotovoltaicos para autoconsumo alcanzó los 596 megavatios (MW). Por su parte, la potencia fotovoltaica instalada en el ejercicio de 2021 ya supera los 700 MW. En comparación, en 2014 apenas se instalaron 22 MW. Sobra decirlo: las cifras del autoconsumo hablan por sí solas.
Para concluir, conviene recordar que la factura eléctrica no solamente se reduce con placas solares fotovoltaicas, también permite hacerlo la energía solar térmica en el caso de que se emplee electricidad para las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) del edificio.
Muchas gracias por los posts, son muy interesantes. La verdad es que el ahorro de energía es una de las ventajas de optar por una vivienda sostenible o passivhaus.