Aunque quizá sea la piedra angular, la mejora de los procesos productivos en la industria de la alimentación no se fundamenta solo desde el punto de vista económico. Tampoco responde en exclusiva al endurecimiento de las normas sobre sostenibilidad medioambiental. La optimización en el uso de energía y recursos en las fábricas que producen los alimentos y bebidas que consumimos a diario, se basa, también, en razones éticas.
En este artículo veremos que el uso de tecnología, como los sensores de líquidos o los instrumentos para medición de nivel de sólidos y fluidos, es clave para mejorar la sostenibilidad de la industria alimentaria.
Índice
Por qué es importante la sostenibilidad en la industria alimentaria
Tenemos, por un lado, una sociedad que cada vez es más consciente de que es primordial reducir el impacto de la actividad industrial sobre el planeta. Por otro lado, los ciudadanos son especialmente exigentes en materia de responsabilidad social cuando en este debate entran en juego, además, los alimentos.
Solo por las consecuencias medioambientales y sociales del desperdicio de alimentos, agua y energía, la sostenibilidad alimentaria es crucial para el sector. Pero tampoco conviene dejar de lado el impacto económico. Ya que una empresa difícilmente será competitiva si no incluye entre sus prioridades la eficiencia en el uso de recursos.
Sumémosle a todo lo anterior la importancia de mantener constante el sabor del producto. Así como los estrictos requisitos que exige la normativa de seguridad alimentaria. Y llegaremos a la conclusión de que el control de calidad en las líneas de producción de la industria de la alimentación debe ser muy exigente y preciso.
La mejora de los procesos productivos en la industria de la alimentación
Que la industria de la alimentaria sea más sostenible pasa por mejorar los procesos que componen la cadena alimentaria. Hablamos, por ejemplo, de la recolección, el transporte, el almacenamiento y la conservación de la materia prima, y, especialmente, de su procesamiento.
Desde las universidades, la ciencia y tecnología de los alimentos estudia la forma de conseguir que la sociedad disponga de alimentos de calidad, seguros y sostenibles. Por su parte, empresas como Endress+Hausser brindan a la industria la tecnología necesaria para ello. Entre los productos que ofrecen, se hallan soluciones como los sensores de líquidos o los instrumentos para medición de nivel de sólidos y fluidos.
Estos equipos de alta precisión ayudan a las empresas del sector a mejorar la disponibilidad de las plantas. Asimismo, son una herramienta útil para reducir el consumo de energía y recursos naturales. Pero ¿cómo influyen estos instrumentos de campo en la sostenibilidad de las fábricas alimentarias? ¡Veámoslo en detalle!
Los sensores de líquidos son fundamentales para controlar la descarga de materias primas que se reciben en estado líquido, por ejemplo, desde barcos o camiones cisterna. Además, de ellos depende que la monitorización de la planta, la cual puede prevenir la pérdida de producto por sobrellenado accidental, error humano, etc., opere con la precisión requerida.
En otro orden de cosas, los medidores de nivel son igualmente significativos para la industria alimentaria. Ya que, por ejemplo, asisten en la prevención de averías graves en la maquinaria. Pongamos por caso, el daño que sufre una bomba cuando trabaja en seco por accidente. A diferencia de los anteriores, estos equipos son útiles para tomar medidas no solo de líquidos, sino también de sólidos granulados, pastas, etc., en silos, contenedores, depósitos…
Conclusión y resumen
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la industria alimentaria consume el 70 % del agua dulce mundial. Es evidente, por tanto, que el futuro de nuestra sociedad depende de la reducción de la huella hídrica y la buena gestión de los recursos naturales, por una parte. Por la otra, de superar con éxito la transición ecológica hacia el uso de fuentes de energía renovables, es decir, de abandonar la dependencia de los combustibles fósiles. Por ejemplo, apostando por la energía solar térmica o la fotovoltaica.
A modo de resumen, en la industria de la alimentación, el uso eficiente de recursos es de vital importancia en procesos como la recolección o el transporte de los alimentos, así como en la conservación y el procesado. Precisamente, en estos eslabones de la cadena alimentaria la tecnología juega, además, un papel clave para mejorar la sostenibilidad y reducir el desperdicio de alimentos.