Algodón

Se llama planta del algodón al arbusto, o mejor dicho arbustos (pues hay más de 300 descritos), del género Gossypium de la familia de las malvas. El algodonero es originario del Nuevo y el Viejo Mundo; crece en regiones tropicales y subtropicales. El 60 % de la producción mundial de algodón se la reparten China, la India y Estados Unidos.

Etimología

La palabra algodón ya aparece en documentos escritos del año 950 d.C. Proviene de la palabra árabe قطون qutn, vulgarmente qotón, que significa lo mismo. Fueron los árabes quienes llevaron el arbusto a Andalucía y Sicilia. El prefijo al- significa ‘el’, es decir, el vocablo algodón deriva de al-qotón.

Por su parte, el nombre del arbusto, gossypium, podría de igual manera provenir del árabe quoz ‘materia sedosa, suave’.

Características de la planta

El gossypium es una hierba anual que toma forma de arbusto de porte mediano, aunque en estado silvestre puede crecer para convertirse en un árbol de tres metros de altura. Sus tallos son erectos; sus hojas, palmatilobadas o trifoliadas; las flores se presentan aisladas o en forma de cima o panícula (cimosas). Además, posee glándulas oleosas de color negro.

Se aprovecha un 90 % de la planta, lo que convierte al algodonero en un cultivo muy valorado. Las fibras que encapsulan las semillas, formadas por celulosa casi al cien por cien, se enredan entre sí cuando se secan, de lo que resulta un material idóneo para producir hilo.

El hilo de algodón es único por su durabilidad y resistencia. Tejiendo el hilo se produce tela de algodón, uno de los materiales textiles más utilizados para fabricar prendas de ropa, sábanas, toallas, etcétera.

Algodón como fibra textil

El algodón es la más importante de las fibras textiles vegetales: es la fibra textil más usada. Se obtiene de la familia de plantas herbáceas de igual nombre, agrupadas en el género Gossypium.

La fibra textil se extrae de la envolvente esponjosa que recubre la semilla de la planta. Se usan para ello las limpiadoras de fibra. Estas separan automáticamente los delicados pelos del algodón de la semilla. Las semillas de algodón, que son ricas en grasa, se usan para elaborar aceite y fertilizante.

Las máquinas limpiadoras de fibra también separan las  impurezas que se quedan adheridas durante la recolección. Por ejemplo: restos de hojas, hierba, corteza, etc.

Se considera que el 25 % de los herbicidas y pesticidas se emplean únicamente para el cultivo del algodonero. Hay dos alternativas: algodón de cultivo orgánico o reciclado. Este último se elabora con tejidos recuperados. Ambas variantes suponen un notable ahorro de agua y de la huella de carbono.