Nada impide convertir, si el material es apropiado, un envase para refrigerios en bandeja de oficina. Las cajas de vino, por su parte, pueden dar vida a estanterías, lámparas de mesa o muebles auxiliares: todo depende del tamaño. Sin embargo, conos de patatas fritas, cajas de hamburguesas, bolsas de frutos secos, cubos de palomitas, etc., son efímeros y no pueden reutilizarse por sus características. Fabricar envases de comida ecológicos de vida corta exige otra estrategia.
Esta entrada recoge algunos consejos para elaborar envases de comida sin descuidar la protección del medioambiente.
Índice
Elección del material
No hace mucho tiempo vimos cómo los sectores de la restauración y el comercio comenzaron a cambiar el material de los envases de comida para hacerlos sostenibles. Este criterio extra de diseño se suma a otros intrínsecos de los envases para alimentos, como pueden ser el tamaño, la consistencia (rígida o flexible), asegurar la frescura del producto, un diseño atractivo, etc.
Por otra parte, en julio de 2021 entró en vigor la Directiva (UE) 2019/904, que busca retirar del mercado ciertos productos de plástico de usar y tirar. Con ella dejaron de ser una opción los materiales oxobiodegradables. Eso torna el cartón apto para alimentos en uno de los mejores candidatos para hacer envases de comida ecológicos. Dicho esto, la norma permite usar plásticos de origen vegetal; eso sí, sin aditivos.
Entre las virtudes del cartón apto para alimentos se cuentan, en primer lugar, no aportar olor ni sabor a la comida. En segundo lugar, que dicho material se puede revestir con una barrera vegetal, lo que lo hace menos permeable. De esta manera, el envase no se ablanda ni se rompe al contener alimentos húmedos o grasos. En tercer lugar, ayuda a ahorrar espacio y gastos de transporte, pues los productos resultantes viajan plegados o apilados. Por último, y no menos importante, se trata de un material compostable y reciclable.
El impacto del proceso de impresión sobre el entorno
Cambiar plástico por cartón implica consumir miles de toneladas anuales de este último. Los certificados de gestión forestal sostenible —como PEFC, FSC o Ángel Azul— ayudan a proteger los bosques del planeta. Pero no menos relevante es la impresión del papel si así lo requiere el diseño del envase. En este contexto veamos cómo los embalajes para alimentos de Onlineprinters, por ejemplo, facilitan ahorrar recursos y reducir el consumo energético.
Onlineprinters es una imprenta en línea que apuesta por una gestión responsable de papel, tinta y energía. Para ello recurre a técnicas como el proceso de impresión colectiva, que consiste en distribuir en el mismo pliego pedidos de varios clientes. De resultas, la impresión conjunta reduce el desperdicio de papel. Por otra parte, la empresa emplea tintas libres de aceite mineral en sus procesos offset, propone la impresión sin alcohol en la medida de lo posible y usa detergentes biológicos para minimizar su impacto en la naturaleza.
Alimentos que duran más en envases que duran menos
Materiales compostables como el cartón, que se degrada en tres meses si las condiciones son óptimas; películas transparentes que se desintegran en el mar: lograr la sostenibilidad de envases pasa por acortar su vida útil. Que el alimento dure mucho; que el envase dure muy poco: en esta idea resume Eroski Consumer el objetivo de los nuevos envases para comida.
Del plano a la realidad
En suma, aunque proteger la comida sea la primera función del envase, no hay que olvidar que la meta del diseño es atraer al cliente. A las exigencias de la imagen hay que añadir la inclusión de las recomendaciones de uso, por ejemplo: apto para microondas o no calentar a más de 75 ºC; el código para facilitar el reciclaje del envase o la fecha de caducidad del alimento. De ahí la necesidad de considerar también el impacto ambiental del proceso de impresión en la elaboración de envases de comida ecológicos.
A partir de ahí solo falta diseñar la forma del envase y llevarlo a efecto. Si la imprenta no se encarga del troquelado, será imprescindible construir un troquel, máquina que consiste en una base o matriz y un macho que estampa por presión la plancha de cartón para, así, cortarla, hendirla y perforarla con arreglo al plano de diseño.