Mucho se habla del impacto medioambiental de las bolsas de plástico. Tambien de las pajitas. Es bueno que así sea. No se habla tanto, por el contrario, de compresas y tampones desechables; y, en consecuencia, tampoco de las alternativas a estos productos.
Índice
Introducción
Según los cálculos del blog vivirsinplastico.com, la cantidad de tampones y compresas que cada mujer usará a lo largo de su vida es de unos 136 kg. Y los absorbentes desechables de marcas como Tampax o Ausonia son en buena parte plástico. Hablamos de celulosa, pero también de poliéster, polipropileno y polietileno.
Así que: ¿a qué alternativas se puede recurrir para llevar la menstruación de forma sostenible?
Hay varias posibilidades para reducir el impacto medioambiental de la menstruación. Una alternativa son los tampones y compresas biodegradables de algodón orgánico. Otra los productos reutilizables, como las compresas lavables de tela. La tercera es la copa menstrual lavable de silicona sanitaria, un material hipoalergénico.
Las alternativas sostenibles
Compresas de algodón orgánico
También son desechables pero las compresas de algodón orgánico son más respetuosas con el medio ambiente, ya que son biodegradables. Por ser un material natural, el tejido de algodón se degrada sin dejar partículas de plástico en el entorno. Además, el algodón causa menos problemas de alergia que el plástico.
Compresas lavables de tela
Más sostenibles aún que las anteriores son las compresas reutilizables de tela. Fabricadas con tejido de bambú, estas compresas reducen de manera considerable el uso de recursos naturales. No es ningún secreto que las compresas lavables se pueden reutilizar decenas de veces.
Además, el tejido de bambú, es hipoalergénico, como el algodón, y muy suave y respetuoso con la piel. De igual manera, las compresas de algodón orgánico desechables, más pronto que tarde, se degradaran y volverán a ser lo que fueron: nutrientes para las plantas.
Por el contrario, a la compresa de plástico no la degradan los microorganismos del suelo, ni los insectos, ni los hongos. Solo la degradará la luz. En efecto, el plástico se fotodegrada. Pero tarda cientos de años en hacerlo. Además, a medida que ocurre, se fractura en diminutas partes que lo contaminan todo: los microplásticos.
Copas menstruales de silicona
Pero, tal vez, la alternativa más sostenible de todas sea la copa menstrual de silicona. Pocas copas menstruales bastarán para sustituir los más de 9000 tampones o compresas desechables que —según estimaciones muy prudentes— gasta una mujer a lo largo de su vida.
La copa menstrual ecológica de silicona sanitaria es fácil de usar. Se puede llevar puesta durante 12 horas. Y es más sencilla de limpiar que la compresa lavable de tela. Además, este material es hipoalergénico y no produce reacciones alérgicas en la piel.
Además, según los estudios realizados, la copa menstrual reutilizable podría durar hasta 10 años.
Conclusiones
A modo de resumen, en 2017 cerca del 26 % de la población mundial estaba en edad de menstruar, unos 1900 millones de personas. Con unos 60 días anuales de flujo sanguíneo por mujer, eso significa plástico. Mucho plástico; si la solución para gestionar la menstruación es la compresa o tampón desechable de este material.
La ecomenstruación se hace necesaria. Y eso pasa por buscar alternativas a las compresas y tampones contaminantes. Por ejemplo, las tres vistas en este artículo: (1) compresa de algodón orgánico, (2) compresa lavable y (3) copa menstrual.
Fuentes: