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Desechables

Los productos desechables son aquellos de los que prescindimos una vez usados, por ser inútiles. En efecto, desecho significa ‘residuo descartado después de haber escogido lo más útil’.

Por cierto, una palabra menos conocida, pero igualmente antiecológica, es echazón. Este término se usa en marina con el sentido de ‘arrojar deliberadamente al mar la carga o parte de ella de un buque para salvar el resto de las mercancias y el propio buque’. Se recurre a la echazón cuando, por avería, hay que aligerar el barco.

Estos son algunos ejemplos de productos desechables: pajitas, platos, vasos y cubiertos de plástico; compresas, tampones, pañales, bastoncillos y discos desmaquillantes; bolígrafos y rotuladores; botellas y envases.

Pero, aparte de los anteriores, existen muchos otros. En cualquier caso, desechar estos productos contamina el entorno si no son biodegradables. Es decir, si la acción biológica de los microrganismos del suelo no los degrada.

Alternativas a los productos desechables

La alternativa más interesante, desde el punto de vista de la sostenibilidad, a un producto desechable es cambiarlo por uno reutilizable. En la mayoría de los casos, reutilizable significa a su vez lavable:

  • Botellas: la mayoría de las botellas ecológicas reutilizables se pueden lavar en el lavavajillas (acero, vidrio, borosilicato)
  • Platos y cubiertos: los productos de PUT se pueden sustituir por otros de cerámica (platos) o acero inoxidable (cubiertos). Ambos lavables en lavavajillas.
  • Pañales y compresas: se pueden lavar en la lavadora aquellos fabricados con tela (normalmente de algodón o fibra de bambú)
  • Servilletas y pañuelos: como alternativa a los desechables de papel y para evitar la tala de árboles se pueden usar los equivalentes de tela

Otras veces, sin embargo, reutilizable no implica lavable, pero sí rellenable. Es el caso de los rotuladores de pizarra blanca, los subrayadores fluorescentes o las plumas estilográficas. Por ejemplo, si optas por comprar los útiles con sistema para recargar su tinta, no tendrás que desechar su carcasa.

¿Y cuando no existe alternativa reutilizable? ¡En este caso asegúrate de que las cosas desechables que compres sean por lo menos biodegradables! Por ejemplo: cepillo de dientes de bambú y seda dental biodegradable de almidón de maíz.

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