Libres de químicos, suaves e higiénicas. Son las compresas del siglo XXI. Atrás quedan las obsoletas compresas desechables del siglo veinte. El siglo del plástico. El siglo del PUT. No lo dudes. Las compresas reutilizables de tela son la forma inteligente de gestionar tu menstruación.
¿Por qué querrías mezclar tu sangre con plástico que tarda hasta 500 años en degradarse? La compresa desechable llegó a España hace 43 años, concretamente, en 1978. ¿Y si te dijera que esa primera compresa sigue en perfecto estado en algún vertedero?
En definitiva, las compresas lavables están libres de químicos, son suaves y perfectamente higiénicas. Además, ahorrarás con ellas dinero. Piénsalo. A la larga, las compresas reutilizables son mucho más baratas que las de usar y tirar.
Ultima actualización de precios: 2021-02-26 a las 15:12
Índice
La ventaja de las compresas reutilizables de tela
¿A qué huelen las nubes? No lo sabemos. A vapor de agua, probablemente. Pero ¿a qué huele el plástico? ¿A petróleo?
El plástico de las compresas desechables tarda cientos de años en degradarse. Eso significa que después de unas pocas horas de uso, la compresa ensangrentada terminará su larga vida en un vertedero. O peor, en el océano. Lo mismo pasa, sin ir más lejos, con las pajitas de plástico.
Así pues, la primera ventaja de usar compresas reutilizables de tela es que reducirás tu huella ecológica. Porque demandarás menos plástico.
Características de las compresas reutilizables
Las compresas reutilizables de tela se fabrican con distintos tipos de tejidos. Los materiales más comunes son el algodón orgánico y el bambú. Como absorbente, algunas compresas usan microfibra, por ser muy absorbente.
En este último caso, el tejido es sintético y derivado del petróleo. Tenlo en cuenta. Por cierto, si te gustan los paños de microfibra, puedes sustituirlos por bayetas de celulosa y algodón. Son más sostenibles y no producen malos olores.
Pero volvamos a las compresas. Las compresas reutilizables tienen un tacto suave. Las fibras textiles de materiales naturales como el bambú y el algodón orgánico producen menos alergias que las sintéticas.
En otro orden de cosas, es cierto que las compresas desechables ecológicas pueden ser necesarias a veces. Por ejemplo, si te gusta viajar, habrá situaciones en las que no puedas lavarlas. Sin embargo, siempre que te sea posible, usa compresas reutilizables. Y lávalas en la lavadora. Son más sostenibles que las compresas orgánicas de usar y tirar.
Por cierto, ¿no te parecen las compresas lavables de tela son más bonitas y estéticas que las desechables? En efecto, se producen con tela decorada con diseños de varios colores.
Pero ¿cómo funcionan las compresas reutilizables de tela? Estas almohadillas incluyen una capa impermeable pero la piel no está en contacto con ella, sino con la superior. La zona absorbente es de algodón orgánico o tejido suave de bambú. Y para fijarlas, en vez de alas adhesivas, incluyen un pequeño broche. ¡Es así de simple!
¿Cómo limpiar las compresas de tela?
Ante todo, ¡evita lavarlas con agua caliente! Lejos de lo que pueda parecer, el agua caliente no solo no ayuda a eliminar las manchas de sangre, sino que tiene el efecto contrario. En efecto, el agua tibia puede fijar en el tejido el hierro que contiene sangre (también es este metal el culpable del peculiar olor de la sangre).
Es decir, si usas agua caliente, corres el riesgo de dejar manchas permanentes. Mejor limpia tus compresas reutilizables de tela así:
- Sumérgelas en un cubo con agua fría un mínimo de 90 minutos.
- Si queda sangre, enjuágalas bajo el grifo.
- Usa un jabón ecológico para prendas delicadas si sueles sufrir irritación de piel con los detergentes corrientes.
- Opcionalmente, puedes lavarlas en la lavadora.
- Por último, sécalas al aire libre, a pleno sol: los rayos solares directos ayudan a eliminar bacterias y otros microorganismos.
- Puedes guardar tus compresas: están listas para el siguiente periodo.
¿Por qué comprar compresas reutilizables de tela?
Si una mujer de mediana edad calculase cuántas compresas desechables usará a lo largo de su vida, llegará a una conclusión terrible; ya que, probablemente, no entren ni en su habitación.
Pues bien, multipliquemos el volumen anterior por unos cuantos cientos de millones. Es decir, por el número de mujeres que las usaran en todo el mundo. La montaña que resulta es apabullante. Y ahora pensemos que aquellas de plástico tardan siglos en degradarse.
De hecho, según un estudio de Greenpeace del 2005, las compresas desechables son el segundo desecho higiénico sanitario más habitual del océano. ¿El segundo? En efecto, los bastoncillos de algodón para los oídos son el primero.
Se calcula que el 80 % de la basura marina proviene de basura vertida en la tierra, y no en el mar. Tormentas y aguas residuales no depuradas (por cierto, aún muchas mujeres arrojan las compresas usadas al inodoro) son algunas de las explicaciones que presentan las organizaciones ecologistas para explicar este fenómeno.
El impacto del plástico sobre la fauna marina es dramático. Por ejemplo, en investigaciones practicadas en el mar del Norte se comprobó que el 98 % de los fulmares contenían restos de plástico en sus organismos. Otro ejemplo más: tortugas y otros animales marinos confuden la basura con alimentos. Y comerlo les puede ocasionar la muerte.
En conclusión: la razón más poderosa para sustituir las compresas desechables de plástico por las reutilizables de tela es evitar la contaminación de los océanos, y de la Tierra, en general. Evitar reacciones alérgicas es la segunda. El tercer motivo es económico; tal vez no notes pingües ganancias, ¡pero sin duda ahorrarás algo de dinero!
Conclusiones
Por todo lo visto, comprar compresas reutilizables de tela o compresas desechables biodegradables no debería ser una simple opción, sino la única alternativa posible.
En otras palabras, deberían prohibirse las compresas desechables de plástico. Sí. Sin duda. Rotundamente. Con todo, se siguen vendiendo. Y ya son muchas las personas que se plantean si no debería hacerse responsables a empresas como Evax y Ausonia de la recogida de los residuos que producen sus productos. Por ejemplo, a través de una ecotasa.
Esperamos que esta información te haya resultado útil. Aquí puedes leer sobre otras alternativas sostenibles para la regla, como la copa menstrual. Por cierto… ¡recuerda valorar y compartir el artículo!
Yo 64 años, mi primera mentruación a los 12 , en aquellos años comenzamos a utilizar paños de tela reutilizables, (una auténtica esclavitud, en el colegio, en transportes públicos, en el trabajo (Un suplicio cada mes)…..Años después llegaron las compresas y los tampones y considero que con esto llegó la auténtica liberación de las mujeres. y ahora queréis volver a lo antiguo?, poner en remojo las compresas 90 minutos, si la mayoría de mujeres no tienen tiempo para nada, me cambio la compresa en el trabajo….y que hago con las utilizadas? llevarlas todo el día en el bolso?, 8 horas de trabajo diario más una de transporte ida y otra de vuelta y media para comer, en general (si no eres funcionaria), te pasas de 10 a 12 horas fuera de casa….Luego llegas al hogar y pones tres o cuatro compresas en remojo 90 minutos y toda la familia contemplando la palangana llena de agua roja.
Es lo que pasaba hace 50 años.
Ahora a las mujeres también nos echáis la culpa de contaminar con las compresas, lo que nos faltaba!