En 1998, la UNESCO designó a Arganeraie como reserva de la Biosfera. En este entorno árido rodeado por el Alto Atlas de Marruecos, y expuesto a un clima duro, el árbol del argán, del que se extrae el aceite de igual nombre, ha sabido adaptarse para formar un ecosistema donde viven varias especies endémicas. El bioma, en concreto, es el Bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes, donde también crecen el drago y ciertas euforbias suculentas.
El aceite de argán es comestible. Se produce a partir de las semillas o almendras de la Argania spinosa. El aceite de argán ecológico se extrae con medios mecánicos; se prensa en frío; y no se usan químicos en el proceso. Es rico en ácidos grasos esenciales, antioxidantes (tocoferoles, vitamina E) y beta-caroteno. Este aceite de olor suave hidrata y regenera la piel y el cabello reseco. Por sus excelentes cualidades es conocido como oro líquido. El oro del desierto [del Sáhara].
Ultima actualización de precios: 2021-02-26 a las 14:18
Índice
¿Para qué sirve el aceite de argán?
Puedes usar aceite de argán ecológico para hidratar tu pelo. Se absorbe bien y mejora el aspecto del cabello; lo deja brillante e hidratado. Hidratar el cuerpo, las manos y la cara son otros usos típicos de este aceite. De hecho, hay gente que opta por usar aceite de argán en sustitución de las cremas o sérum hidratantes faciales y corporales.
Ventajas y beneficios del aceite de argán ecológico
El aceite de argán orgánico es un producto natural resultante de cultivos obtenidos con técnicas de agricultura ecológica. No se admite, por tanto, el uso de fitosanitarios como pesticidas, fungicidas o herbicidas de síntesis química. Esto no solo es más respetuoso con el bosque mediterráneo donde crece el argán, también evita que residuos tóxicos o nocivos para tu salud acaben en el producto.
Además, este ingrediente natural, sostenible y biodegradable es a la vez vegano. No toda la cosmética vegana usa ingredientes naturales. Por ejemplo, hay cosméticos veganos sintéticos, ya que los criterios, en este caso, son no usar productos de origen animal ni testar en animales. Sin embargo, el aceite de argán ecológico sí lo es.
El aceite de argán hidrata en profundidad el pelo y la piel. Además, por ser natural es un producto más neutro y seguro que otras alternativas en cuya fórmula se usan ingredientes sintéticos. Sustancias que son más susceptibles de producir irritación o reacción alérgica. Es decir, también es hipoalergénico.
El aceite de argán contiene hasta un 50 % de ácido oleico. Este ácido graso monoinsaturado omega 9 también se encuentra en el aceite de oliva, en el de cártamo y también en los aguacates. Se usa en cosmética para elaborar jabón, como agente emulsificante y emoliente. En la dieta, algunos estudios apuntan a que el ácido oleico también es útil para reducir el nivel de colesterol malo (LDL).
¿Cómo se aplica?
Puedes comprar este aceite en en frascos grandes o en botes con pipeta dosificadora. Si no te gusta el dosificador cuentagotas, hay frascos de aceite de argán ecológico vienen con pulverizador en esprái.
Para nutrir el cabello, aplica unas gotas de aceite en tu pelo y masajéalo. No abuses de la cantidad para evitar que tome aspecto grasiento. En cuanto a la piel, nútrela como lo harías con una loción hidratante.
Además, recuerda que el aceite de argán:
- Funciona muy bien como mascarilla para nutrir y recuperar pieles resecas
- Es extraordinario para tratar quemaduras, eccemas, psoriasis y otras afecciones de la piel.
- Disimula las marcas de acné y las cicatrices de la varicela
- Ayuda en la función celular: renueva y regenera las células
- Fortalece las uñas y las torna menos quebradizas
Conclusiones
El aceite de argán, obtenido de la baya del árbol de igual nombre, es rico en ácidos oleico y linoleico. Se usa culinariamente, por su sabor a nuez. Además, por ser rico en ácidos monoinsaturados puede reducir el nivel de colesterol malo y trigleceridos.
Sin embargo, este aceite comestible no solo se usa en gastronomía: también tiene múltiples usos como ingrediente cosmético, por sus propiedades para hidratar y regenerar la piel. Asimismo, se puede mezclar con otras grasas, como el aceite de coco o la manteca de karité, para elaborar jabón ecológico casero.
